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ENCONTRARÁS UN BOSQUE

Texto de Josela Maturana sobre la exposición de borlas de Pepa Reyes, pinturas de Candi Garbarino, Juan Escors, Pedro Sánchez Martín, Alfonso Barrera, Nanóperez, Carmen Lupión y Mª Antonia Colón e instalaciones de Lucía Romero y Juan Beira.


Pudiera ser un cielo descendido. Un ramo de gotas caído en una lluvia reciente. Pudieran ser alas, que, boca abajo, miran un mundo sin nubes. Borlas son, sin embargo, las que forman este bosque, vertical y desigual en su altura, como si se tratara de árboles viejos y árboles que acaban de nacer; un bosque colgado de una intensidad de vivos y espléndidos colores, desplegándose en ramajes desconocidos.


Pepa Reyes, construye y arma las inofensivas borlas de este bosque, con la curiosidad de una exploradora y la paciencia de una hilandera. Muchos, variados y versátiles son los materiales empleados e insólitamente unidos en sus texturas y orígenes. Hilo, lana, cintas, cuerdas, esferas y triángulos, estrellas, hojas, flores, ángeles y perlas, fragmentos de collares rotos, de pulseras quebradas, de colgantes sin dueño. El prodigio de estas borlas es el sueño de recobrar todo lo disperso y amputado y reunirlo. Rescatarlo de esa marea plural y desmembrada del olvido para darles una vida nueva. Cada borla es un cuerpo hecho de otros cuerpos, un alma hecha de otras almas. No hay bosque sin sombras, sin luz y claroscuros. Pero entrar en este bosque implica dejar atrás el laberinto de la oscuridad, para adentrarse en un sereno estallido de belleza.



A este paisaje se unen magníficos cuadros de varios artistas, obras sembradas de formas y manchas que aumentan, con delicada y poderosa armonía, el reflejo de una exposición que desprende una radiante asociación de conceptos y emociones, una sosegada pero vibrante mirada, que nos ha ensimismado al descubrirla, sintiéndonos luego parte de este bosque insólito, revelado, ofrecido como un lugar donde cabe lo imposible.


Tintinean los hallazgos, pende de los objetos y los seres una música irisada que es mucho más que un adorno. Los caballos solitarios podrían llevar por los caminos de la noche el leve sonido de estas borlas, como si abrazaran una lucerna que no se apaga. Las llaves huérfanas de los cajones, encontrarían el roce de otra materia que sostenga el peso de lo que esconden. Porque descubrir que lo creado imagina para nosotros el encuentro con un bosque inventado, es reconocer que en ese misterio hay infinitas semillas que nos harán más humanos en la verdad desnuda.


JOSELA MATURANA




La exposición "Encontrarás un bosque" estará hasta el 31 de agosto en la sala de Espacio·Uno (128) ,calle Real 128, San Fernando. Horario: de 18h a 20,30h.
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