Texto de Manuel Sánchez García para la exposición "Cuerpos Celestes”en la Galería Espacio·Uno (128).

La producción de Jesús Salado Castro se puede, grosso modo, dividir en obra abstracta realizada mediante un profundo trabajo de introspección y experimentación material, y obra relacionada con la astronomía. Es a esta segunda categoría (segunda en orden de mención, y secundaria en la consideración que el propio artista le dedica) a la que se dirige el grueso de la exposición, auspiciada por el artista y galerista Alfonso Arenas.
La muestra capta perfectamente el triple perfil de Jesús como artista, observador del cielo y docente. El empleo de materiales y técnica mixta (acuarela, grafito, pistola, spray, estarcido, esgrafiado, tamizado, etc…) no siempre busca representar cuerpos celestes y objetos del cielo profundo de forma fiel a la observación, sino hacerlo sobre todo de manera pedagógica. No en vano, varias de las obras expuestas, como la vista de la conjunción de Júpiter y Saturno que podemos ver a nuestra izquierda tal como entramos en la sala, fueron creadas como recurso de apoyo para talleres que Jesús imparte a público aficionado o simplemente curioso.

Tomemos como ejemplo la impresionante recreación en dos paneles de la Vía Láctea: ésta presenta en su esquina inferior derecha un truco de perspectiva que dobla de manera antinatural parte del brazo galáctico para permitir observar (y hablar de, en el caso de los talleres) ciertos objetos celestes con mayor detalle. La no menos impresionante luna, que quien visita la exposición encontrará de frente tal como entre por la puerta, presenta también una perspectiva imposible: realizada a lo largo de tres años de observación paciente y meticulosa, sus cráteres y accidentes orográficos presentan siempre las sombras de una luna creciente, una imagen imposible de captar en una de nuestro satélite natural. Es por eso que la pieza, que a simple vista puede parecer la foto de una luna llena, recibe el nombre de "Siempre creciente". Recomendamos observar la pieza de cerca para disfrutar con asombro del nivel de detalle. Estos juegos de transformación de la realidad visible para enfatizar el componente científico y pedagógico llevan a Jesús Salado a afirmar que, en términos de observación astronómica, el dibujo y la pintura son superiores a la fotografía.

Flanqueando la luna encontraremos dos obras tempranas que aparentemente se alejan del dibujo astronómico (o quizá que aún no se habían acercado a él): "Dinámica de fluidos", panel central de un tríptico mayor y "Radiación de fondo", obra de su época de estudiante. En ambas se puede apreciar la exploración material que mencionábamos en la introducción, aquí en tonos relativamente más claros, en comparación con el resto de la obra pictórica del autor. Al fondo de la sala se presentan separados dos de los cinco fragmentos del enorme dibujo del objeto NGC 6992 (la mitad de la llamada “Nebulosa del Velo”), realizado en la cúpula del Centro Astronómico Hispano en Andalucía. Éste, ubicado en Calar Alto, Almería, y con un telescopio de 123cm de diámetro y 9,5m de longitud, es el observatorio astronómico más grande del continente europeo.
La muestra acompaña cada pieza con una cartela informativa que en varios casos proporciona información sobre el contexto de creación de la obra y se acompaña de un código QR que lleva a la web del autor. Quien quiera podrá encontrar en dicha web (https://jesussalado.com/) información precisa e imágenes que documentan su proceso creativo de dibujo astronómico.
Esperamos poder disfrutar en un futuro cercano de una muestra de la otra cara de obra de Salado.
MANUEL J. SÁNCHEZ GARCÍA
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